miércoles, 28 de enero de 2015

Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2015

VATICANO, 27 Ene. 15 / 09:31 am (ACI).- Hoy se dio a conocer el mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2015 que lleva como título “Fortalezcan sus corazones”. El texto ha sido dado a conocer por la Sala Stampa de la Santa Sedeen conferencia de prensa. Los idiomas en los que puede encontrarse son el italiano, español, inglés, polaco, alemán, francés y árabe.
A continuación el texto completo en español:
«Fortalezcan sus corazones» (St 5,8)
Queridos hermanos y hermanas:
La Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las comunidades y para cada creyente. Pero sobre todo es un «tiempo de gracia» (2 Co 6,2). Dios no nos pide nada que no nos haya dado antes: «Nosotros amemos a Dios porque él nos amó primero» (1 Jn 4,19). Él no es indiferente a nosotros. Está interesado en cada uno de nosotros, nos conoce por nuestro nombre, nos cuida y nos busca cuando lo dejamos.
Cada uno de nosotros le interesa; su amor le impide ser indiferente a lo que nos sucede. Pero ocurre que cuando estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios Padre no hace jamás), no nos interesan sus problemas, ni sus sufrimientos, ni las injusticias que padecen… Entonces nuestro corazón cae en la indiferencia: yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien. Esta actitud egoísta, de indiferencia, ha alcanzado hoy una dimensión mundial, hasta tal punto que podemos hablar de una globalización de la indiferencia. Se trata de un malestar que tenemos que afrontar como cristianos.
Cuando el pueblo de Dios se convierte a su amor, encuentra las respuestas a las preguntas que la historia le plantea continuamente. Uno de los desafíos más urgentes sobre los que quiero detenerme en este Mensaje es el de la globalización de la indiferencia.
La indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una tentación real también para los cristianos. Por eso, necesitamos oír en cada Cuaresma el grito de los profetas que levantan su voz y nos despiertan.
Dios no es indiferente al mundo, sino que lo ama hasta el punto de dar a su Hijo por la salvación de cada hombre. En la encarnación, en la vida terrena, en la muerte y resurrección del Hijo de Dios, se abre definitivamente la puerta entre Dios y el hombre, entre el cielo y la tierra.
Y la Iglesia es como la mano que tiene abierta esta puerta mediante la proclamación de la Palabra, la celebración de los sacramentos, el testimonio de la fe que actúa por la caridad (cf. Ga 5,6). Sin embargo, el mundo tiende a cerrarse en sí mismo y a cerrar la puerta a través de la cual Dios entra en el mundo y el mundo en Él. Así, la mano, que es la Iglesia, nunca debe sorprenderse si es rechazada, aplastada o herida.
El pueblo de Dios, por tanto, tiene necesidad de renovación, para no ser indiferente y para no cerrarse en sí mismo. Querría proponerles tres pasajes para meditar acerca de esta renovación.
1. «Si un miembro sufre, todos sufren con él» (1 Co 12,26) – La Iglesia
La caridad de Dios que rompe esa cerrazón mortal en sí mismos de la indiferencia, nos la ofrece la Iglesia con sus enseñanzas y, sobre todo, con su testimonio. Sin embargo, sólo se puede testimoniar lo que antes se ha experimentado. El cristiano es aquel que permite que Dios lo revista de su bondad y misericordia, que lo revista de Cristo, para llegar a ser como Él, siervo de Dios y de los hombres.
Nos lo recuerda la liturgia del Jueves Santo con el rito del lavatorio de los pies. Pedro no quería que Jesús le lavase los pies, pero después entendió que Jesús no quería ser sólo un ejemplo de cómo debemos lavarnos los pies unos a otros. Este servicio sólo lo puede hacer quien antes se ha dejado lavar los pies por Cristo. Sólo éstos tienen "parte" con Él (Jn 13,8) y así pueden servir al hombre.
La Cuaresma es un tiempo propicio para dejarnos servir por Cristo y así llegar a ser como Él. Esto sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios y cuando recibimos los sacramentos, en particular la Eucaristía. En ella nos convertimos en lo que recibimos: el cuerpo de Cristo. En él no hay lugar para la indiferencia, que tan a menudo parece tener tanto poder en nuestros corazones. Quien es de Cristo pertenece a un solo cuerpo y en Él no se es indiferente hacia los demás. «Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro es honrado, todos se alegran con él» (1 Co 12,26).
La Iglesia es communio sanctorum porque en ella participan los santos, pero a su vez porque es comunión de cosas santas: el amor de Dios que se nos reveló en Cristo y todos sus dones. Entre éstos está también la respuesta de cuantos se dejan tocar por ese amor. En esta comunión de los santos y en esta participación en las cosas santas, nadie posee sólo para sí mismo, sino que lo que tiene es para todos.
Y puesto que estamos unidos en Dios, podemos hacer algo también por quienes están lejos, por aquellos a quienes nunca podríamos llegar sólo con nuestras fuerzas, porque con ellos y por ellos rezamos a Dios para que todos nos abramos a su obra de salvación.
2. «¿Dónde está tu hermano?» (Gn 4,9) – Las parroquias y las comunidades
Lo que hemos dicho para la Iglesia universal es necesario traducirlo en la vida de las parroquias y comunidades. En estas realidades eclesiales ¿se tiene la experiencia de que formamos parte de un solo cuerpo? ¿Un cuerpo que recibe y comparte lo que Dios quiere donar? ¿Un cuerpo que conoce a sus miembros más débiles, pobres y pequeños, y se hace cargo de ellos? ¿O nos refugiamos en un amor universal que se compromete con los que están lejos en el mundo, pero olvida al Lázaro sentado delante de su propia puerta cerrada? (cf. Lc 16,19-31).
Para recibir y hacer fructificar plenamente lo que Dios nos da es preciso superar los confines de la Iglesia visible en dos direcciones.
En primer lugar, uniéndonos a la Iglesia del cielo en la oración. Cuando la Iglesia terrenal ora, se instaura una comunión de servicio y de bien mutuos que llega ante Dios. Junto con los santos, que encontraron su plenitud en Dios, formamos parte de la comunión en la cual el amor vence la indiferencia.
La Iglesia del cielo no es triunfante porque ha dado la espalda a los sufrimientos del mundo y goza en solitario. Los santos ya contemplan y gozan, gracias a que, con la muerte y la resurrección de Jesús, vencieron definitivamente la indiferencia, la dureza de corazón y el odio. Hasta que esta victoria del amor no inunde todo el mundo, los santos caminan con nosotros, todavía peregrinos. Santa Teresa de Lisieux, doctora de la Iglesia, escribía convencida de que la alegría en el cielo por la victoria del amor crucificado no es plena mientras haya un solo hombre en la tierra que sufra y gima: «Cuento mucho con no permanecer inactiva en el cielo, mi deseo es seguir trabajando para la Iglesia y para las almas» (Carta 254,14 julio 1897).
También nosotros participamos de los méritos y de la alegría de los santos, así como ellos participan de nuestra lucha y nuestro deseo de paz y reconciliación. Su alegría por la victoria de Cristo resucitado es para nosotros motivo de fuerza para superar tantas formas de indiferencia y de dureza de corazón.
Por otra parte, toda comunidad cristiana está llamada a cruzar el umbral que la pone en relación con la sociedad que la rodea, con los pobres y los alejados. La Iglesia por naturaleza es misionera, no debe quedarse replegada en sí misma, sino que es enviada a todos los hombres.
Esta misión es el testimonio paciente de Aquel que quiere llevar toda la realidad y cada hombre al Padre. La misión es lo que el amor no puede callar. La Iglesia sigue a Jesucristo por el camino que la lleva a cada hombre, hasta los confines de la tierra (cf. Hch 1,8). Así podemos ver en nuestro prójimo al hermano y a la hermana por quienes Cristo murió y resucitó. Lo que hemos recibido, lo hemos recibido también para ellos. E, igualmente, lo que estos hermanos poseen es un don para la Iglesia y para toda la humanidad.
Queridos hermanos y hermanas, cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia.
3. «Fortalezcan sus corazones» (St 5,8) – La persona creyente
También como individuos tenemos la tentación de la indiferencia. Estamos saturados de noticias e imágenes tremendas que nos narran el sufrimiento humano y, al mismo tiempo, sentimos toda nuestra incapacidad para intervenir. ¿Qué podemos hacer para no dejarnos absorber por esta espiral de horror y de impotencia?
En primer lugar, podemos orar en la comunión de la Iglesia terrenal y celestial. No olvidemos la fuerza de la oración de tantas personas. La iniciativa 24 horas para el Señor, que deseo que se celebre en toda la Iglesia —también a nivel diocesano—, en los días 13 y 14 de marzo, es expresión de esta necesidad de la oración.
En segundo lugar, podemos ayudar con gestos de caridad, llegando tanto a las personas cercanas como a las lejanas, gracias a los numerosos organismos de caridad de la Iglesia. La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por el otro, con un signo concreto, aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma humanidad.
Y, en tercer lugar, el sufrimiento del otro constituye un llamado a la conversión, porque la necesidad del hermano me recuerda la fragilidad de mi vida, mi dependencia de Dios y de los hermanos. Si pedimos humildemente la gracia de Dios y aceptamos los límites de nuestras posibilidades, confiaremos en las infinitas posibilidades que nos reserva el amor de Dios. Y podremos resistir a la tentación diabólica que nos hace creer que nosotros solos podemos salvar al mundo y a nosotros mismos.
Para superar la indiferencia y nuestras pretensiones de omnipotencia, quiero pedir a todos que este tiempo de Cuaresma se viva como un camino de formación del corazón, como dijo Benedicto XVI (Ct. enc. Deus caritas est, 31).
Tener un corazón misericordioso no significa tener un corazón débil. Quien desea ser misericordioso necesita un corazón fuerte, firme, cerrado al tentador, pero abierto a Dios. Un corazón que se deje impregnar por el Espíritu y guiar por los caminos del amor que nos llevan a los hermanos y hermanas. En definitiva, un corazón pobre, que conoce sus propias pobrezas y lo da todo por el otro.
Por esto, queridos hermanos y hermanas, deseo orar con ustedes a Cristo en esta Cuaresma: "Fac cor nostrum secundum Cor tuum": "Haz nuestro corazón semejante al tuyo" (Súplica de las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús). De ese modo tendremos un corazón fuerte y misericordioso, vigilante y generoso, que no se deje encerrar en sí mismo y no caiga en el vértigo de la globalización de la indiferencia.
Con este deseo, aseguro mi oración para que todo creyente y toda comunidad eclesial recorra provechosamente el itinerario cuaresmal, y les pido que recen por mí. Que el Señor los bendiga y la Virgen los guarde.
Vaticano, 4 de octubre de 2014
Fiesta de san Francisco de Asís
FRANCISCUS PP.

martes, 20 de enero de 2015

Níger: 45 iglesias quemadas, 5 muertos y 128 heridos en las protestas contra la última portada de Charlie Hebdo

Un total de 45 iglesias han sido incendiadas este pasado fin de semana en Niamey, durante las manifestaciones, que culminaron en disturbios, contra la caricatura de Mahoma publicada el miércoles en el semanario satírico francés 'Charlie Hebdo'. La cifra la ha anunciado este lunes el portavoz de la policía nacional de Níger. Hubo también incidentes en la segunda ciudad del país, Zinder.
(AFP/InfoCatólica) «En total fueron objetivo de los ataques 45 iglesias, cinco hoteles, un orfanato, una escuela cristiana...», ha enumerado el portavoz de la policía, Adily Toro, durante una rueda de prensa. «La bandera francesa fue igualmente quemada», ha añadido.
Las protestas culminaron con cinco muertos, 128 heridos y 189 personas detenidas. El domingo tuvieron lugar igualmente incidentes, después de que 300 opositores se manifestaran en Niamey, a pesar de que las autoridades habían prohibido la marcha. Tras los choques con la policía, se contabilizaron 90 detenidos entre los manifestantes.
El ministro del Interior Hasumi Masudu ha denunciado que en las protestas que tuvieron lugar paralelamente en la segunda ciudad del país, Zinder, varios miembros del grupo islamista Boko Haram participaron en las manifestaciones. Las protestas fueron, igualmente, en contra del semanario atacado en pleno corazón de París.

lunes, 19 de enero de 2015

El testimonio de la niña filipina Glyzelle Palomar conmueve al Papa y al mundo

El discurso improvisado por el Papa Francisco durante su encuentro con los jóvenes en la universidad de Santo Tomas de Manila tiene una historia detrás, y un nombre propio. Es el de Glyzelle Palomar, una niña filipina de 12 años. Vivió en la calle. su historia y sus lágrimas fueron las que inspiraron al pontífice.

(Efe/InfoCatólica) Glyzelle se presentó ante el papa acompañada de Jun Chura, otro pequeño de 14 años que también fue un niño de la calle, y fue quien leyó un conmovedor testimonio sobre la vida de los pequeños filipinos abandonados y que afrontan abusos, drogas y prostitución.
Ambos fueron salvados de la calle por la asociación Tulay Kabataan, la ONG que gestionaba la casa de acogida que visitó el Papa el pasado jueves por sorpresa.
Después tocó el turno a Glyzelle de hacer las preguntas al papa y mientras leía se echó a llorar.
«Hay muchos niños abandonados por sus propios padres, muchos víctimas de muchas cosas terribles como las drogas o las prostitución. ¿Por qué Dios permite estas cosas, aunque no es culpa de los niños? y ¿Por qué tan poca gente nos viene a ayudar?», preguntó la niña entre lágrimas.
Los dos niños se acercaron después a dar al pontífice un libro con fotografías y una pulsera de su asociación y entonces Francisco la acarició para consolarla y la niña se fundió con él en un fuerte abrazo.

El Papa improvisó

El testimonio de los dos niños y las lágrimas de Glyzelle fueron de inspiración para el pontífice, que dejó de lado el discurso que tenía preparado y pidió permiso para improvisar en español.
«Ella hoy ha hecho la única pregunta que no tiene respuesta y no le alcanzaron las palabras y tuvo que decirlas con lágrimas», dijo.
«Cuando nos hagan la pregunta de por qué sufren los niños (...) que nuestra respuesta sea o el silencio o las palabras que nacen de las lágrimas», les dijo.
El Papa instó a los cerca 30.000 fieles que se reunieron en el campus de la universidad a «no tener miedo de llorar».
Y después dirigiéndose a los chicos y chicas presentes les dijo: «Al mundo de hoy le falta llorar, lloran los marginados, lloran los que son dejados de lado, lloran los despreciados, pero aquellos que llevamos una vida más o menos sin necesidades no sabemos llorar».
«Solo ciertas realidades de la vida se ven con los ojos limpiados por las lágrimas», afirmó.
El papa finalizó su discurso pidiendo perdón por no haber leído el discurso, pero se justificó: «La realidad que me plantearon fue superior a lo que había preparado».

Francisco hablára ante la ONU, visitará la zona Cero y celebrará misa en el Madison Square Garden

Francisco visitará Estados Unidos

Monseñor Auza confirma que el Papa irá a Filadelfia, Washington y Nueva York


El Pontífice también podría visitar el muro de Arizona, Guadalupe o presidir la canonización de Romero en El Salvador

Jesús Bastante, 19 de enero de 2015 a las 17:35

Francisco hablará ante la ONU, la Casa Blanca, el Congreso, el Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos, visitará la zona Cero y la catedral de San Patricio en Nueva York, y celebrará misa en el Madison Square Garden. Al menos esto aseguró, en una entrevista a ACI, el arzobispo filipino Bernardito Auza, observador permanente de la Santa Sede en Naciones Unidas.

Según Azúa, el Papa estará en Estados Unidos alrededor de una semana, entre el 22 y el 28 de septiembre, con motivo delEncuentro Mundial de las Familias de Filadelfia. Pero el viaje se ha ampliado también a Washington y Nueva York, y cada vez hay más posibilidades de que Bergoglio amplíe la gira a Centroamérica y pueda visitar la valla de Arizona, el santuario de Guadalupe e, incluso, quiera presidir la canonización de monseñor Romero en El Salvador.

En declaraciones desde Manila, Auza insistió en que el Papa "llegaría (a Estados Unidos) el día 22 y volvería en la noche del 27. Serían 6 días y si le sumamos un día más de viaje entonces tenemos que es una semana". Auza explicó así los detalles conversados en una reunión el lunes pasado del comité organizador de la visita del Pontífice a Estados Unidos.

Tras su llegada a Washington D.C. en la noche del 22 de septiembre, la idea es que el Santo Padre visite la Casa Blanca la mañana siguiente, en donde se realizaría la ceremonia oficial de bienvenida. Luego iría a celebrar Misa en la Basílica de la Inmaculada Concepción. A esta Misa asistirían obispos, religiosos, seminaristas y representantes de las organizaciones de caridad católicas.

"Y debo decir que lo importante en la visita a Washington sería su discurso al Congreso, al Senado y a la Cámara de Representantes", indicó el Prelado. De acuerdo a la propuesta de viaje, el Papa iría a Nueva York en la tarde del día 24.

Su primer destino la mañana del día 25 podría ser la sede de las Naciones Unidas, que coincidiría con el inicio de una cumbre sobre desarrollo sostenible que durará tres días. "Prácticamente todos los jefes de estados y los líderes de los gobiernos estarán allí ese día, con lo que el Papa podría dirigirse a los mandatarios y sus delegaciones oficiales", afirmó el Arzobispo.
Auza dijo también a ACI Prensa que el discurso del Santo Padre sería el plato fuerza de ese día. También se está considerando un encuentro interreligioso y "por supuesto que el Papa visitaría la (Catedral) de San Patricio. Eso es seguro".
La visita a la histórica Catedral, sin embargo, no significaría que el Pontífice celebre Misa allí sino en alguna otra área de Nueva York, posiblemente el Madison Square Garden.
Otro de los posibles destinos, siguiendo los pasos de Benedicto XVI, es la "zona Cero", en donde estaban las torres gemelas que fueron derribadas en el atentado del 11 de septiembre de 2001. "Pero todas estas son solo propuestas. A fines de febrero se realizará la primera visita organizativa (de una delegación del Vaticano) y veremos si esto se concreta", precisó el Arzobispo.

Los efectos del "ciclón Francisco"

Pasó por estos sotos con presura: balance final de la visita de Francisco a Filipinas

¿Por qué somos prontos en recibir al Vicario de Cristo y tan lentos en acoger al mismo Jesucristo que vive entre nosotros?

Macario Ofilada, 19 de enero de 2015 a las 10:12


(Macario Ofilada, Manila).- Hacía sol e incluso calor cuando subió al avión el ciclón Francisco antes de las 10 de la mañana para regresar a Roma. Confieso que esta escena me ha llenado de tristeza. Me alegraba mucho al ver al papa pasando por las calles de mi Manila natal, ya en deterioro.

Estos días estaba orgulloso de ella, pues me acogió cuando vi la luz primera al salir del vientre de mi madre y estos días ha acogido a nuestro hermano, nacido en Argentina, que ahora reside en Roma para confirmarnos en la fe. Pero todo tiene su remate. Al verlo subir al avión me acordé de la canción: Cuando un amigo se va. Y Francisco no es propiamente mi amigo, pues nunca lo he tratado, no como algunos filipinos privilegiados (que siempre son los privilegiados por tener enchufes) pero vino a Filipinas para renovarnos a todos sin distinciones en la amistad con Cristo.

Y los filipinos ya volvemos a la vida normal de atascos, de luchas, de tifones, de hambres, de paro, de intrigas, de sermones que no nos dicen nada, de devociones puramente externas... Yo creo que para oler a oveja el Cardenal Tagle volverá a su atuendo de todos los días: un clergyman de estilo indígena o adoptado al calor húmedo de estos pagos, sin alzacuellos pero con una cruz pectoral sencilla y su habitual sonrisa y sentido de humor un poco infantil.

Estos días, por protocolo, llevaba puesto una sotana con botones rojos, junto con su solideo y fajín de escarlata cardenalicia. Bueno, espero que nuestra vida después de esta visita no sea tan normal. Espero que la fe traída por vez primera a estas islas en 1521 sea más fortalecida y que la visita del ciclón Francisco derrumbe algunos de nuestras estructuras sociales injustas y pecaminosas.

Sería ingenuo o incluso estúpido pensar que Kiko con su visita las podría eliminar todas pero es bueno, es consolador, es profundamente cristiano pensar que a raíz de su visita fugaz podríamos comenzar de nuevo. Somos un país al que sobran los necios. Y los vemos todos los días en el gobierno, en las iglesias, en los lugares de trabajo. Nos hacen falta los verdaderos soñadores que con su inteligencia no dejan de soñar, no dejan de buscar consolaciones con su optimismo y determinación.
Las visitas anteriores de Pablo VI y Juan Pablo II, amén de eventos significativos protagonizados por nuestros pastores y líderes comenzando sobre todo con la revolución de febrero de 1986, eran llamadas a la conversión. Ciertamente los filipinos nos hemos esforzado mucho pero hemos caído incontables veces, y seguiremos cayendo porque es casi imposible desprendernos de lo que está profundamente arraigado en nuestro ser.
Es una especie de pecado social, con matices y alcances culturales, que obece a la norma captada por pensadores del Contrato Social: Homo Homini Lupus y que traducimos conforme a nuestro contexto con metáforas propiamente nuestras como el alimango o cangrejod de las rías y marismas (me refiero a la mentalidad envidiosa de los cangrejos quienes no dejan a sus compañeros escaparse del cesto de los vendedores de cangrejos o lo que los sociólogos denominan crab mentality). Dicha mentalidad, salpicada metafóricamente, es nada menos que o es esencialmente la envidia pero con un toque peculiarmente filipino: por envidia el filipino hará todo lo posible para impedir el progreso o la libertad del coetáneo o compañero en medio del espectáculo, hiprocresía, abuso del poder en una sociedad en que solo el lameculos y el teatrero pueden sobrevivir.
Sin embargo, no es éste el verdadero pecado. Todo esto supone una caída colectiva e individual que implica a todos los filipinos. Pero el pecado no consiste en caer, porque todos nos caemos por ser humanos, sino en no querer levantarse tras la caída. Nuestra despedida a Francisco debería ser una llamada a volver a levantarse tras haber caído muchas veces sin querer superar o quemar con etapas anteriores como la alusión que hizo nuestro presidente al régimen anterior y con quien la iglesia de aquellos tiempos, siguiendo una consigna que tenía su origen en Juan Pablo II y que se continuó en tiempos de Benedicto XVI, fue cómplice.
No es que la iglesia filipina haya perdido totalmente la voz profética entonces sino que era tiempo para limar los excesos de una estrategia pastoral populista y manipulador que también cometió errores encarnada por un prelado renombrado ya desaparecido y que ya tiene su descanso merecido. Para poder levantarse, es preciso hacer un balance, como lo que estoy haciendo ahora mismo con este ensayo. Pero mi ensayo es más bien un balance para un evento. Hemos de seguir haciendo balances para todos los eventos de nuestra vida.
En otras palabras, hemos de seguir. Pecar, como nos ha recordado el mismo papa, consiste en olvidar nuestra identidad, dignidad de ser hijos de Dios. Ser hijo de Dios consiste en querer levantarse siempre, tras las tormentas, los errores ajenos y propios, las hecatombes. Ser hijo de Dios quiere decir querer seguir, seguir levantándose, seguir recapacitando, seguir intentando de nuevo. El no querer levantarse significa dejarse engañar por el diablo quien, nos ha recordado el papa Francisco, es el padre de las mentiras.
Las mentiras siempre están ahí. Y toman muchas formas. Es un monstruo multicéfalo, real y no mítico, con rostros que tienen rasgos propiamente filipinos. Como pueblo, tenemos nuestros defectos y Francisco ha señalado algunos: la corrupción (Malacañan), el materialismo (Catedral de Manila), dejar de soñar (Mall of Asia) , ser incapaces de llorar y solidarizarnos (Universidad de Santo Tomás), dejar de proteger a los más pequeños (Luneta), etc. Todos los sabemos de sobra. Lo bueno es comenzar de nuevo, recapacitar. Francisco ya ha regresado a Roma pero nunca ha dejado el corazón de los filipinos. Y si queremos que se quede que volvamos a rumiar su magisterio, que es interpretación autorizado de el de Jesucristo, sobre todo los que ha sembrado en nuestra tierra durante su paso breve que me recuerda algunos versos inmortales de Juan de la Cruz: <> (Cántico Espiritual 5).
El místico castellano se refería a Cristo pero por estos sotos filipinos, devastados por tormentas y otras calamidades, pasó su Vicario quien nos trajo el mismo mensaje evagélico con claves de comprensión actuales que reconocen la superioridad de la realidad a la idea, que es preciso ser ìntegros haciendo que el pensar, sentir y obrar sean armoniosos, que es necesario, ante todo, amar y dejarse amar, pues Dios nos amó primero. De ahí, como Cristo, Francisco en la Luneta nos manda a los filipinos a ser misioneros de la luz por ser el país católico más significativo en Asia.
Francisco vino para todos. Yo creo que vino sobre todo para los que por razones de trabajo, enfermedad, distancia, falta de medios no pudieron acudir a ningún acto. Estos tal vez solo pudieron seguir sus pasos por nuestros sotos por los medios de comunicación. En nombre de estos rostros anónimos y alejados, acudieron por lo menos seis millones sobre todo a la misa final en la Luneta.
Dicen los comentaristas que el Efecto Francisco, que ha superado el de Juan Pablo II, se debe al poder de la media social. Esto es cierto en gran parte. Pero no hemos de olvidar el poder del Espíritu Santo porque los medios son instrumentos del Espíritu quien sopla por dentro, quien con su fuego de amor desató un ciclón espiritual que promete sol y luz en medio de las tempestades. Y éstas vendrán. Francisco no tiene el poder de cambiar nuestra condición climatológica aunque tiene poder de llamarnos a convertirnos espiritualmente como recuerda Lucas 22,32: <>.
Lo que importa de verdad es saber responder a ellas a la luz de una fe renovada. Y es éste el verdadero Efecto Francisco que es en realidad Efecto Jesucristo. Francisco mismo ha vivido o está viviendo un mensaje de constante conversión y nos ha dicho que debemos dejarnos ayudar, evangelizar o en efecto convertir por los pobres que nos pueden dar una sabiduría fuera de lo común.
No cabe duda de que la visita de Francisco es un hito histórico muy significativo para Filipinas. Para la generación de mis abuelos y mi madre, el momento más significativo de tipo religioso que hemos vivido como pueblo era el Congreso Internacional Eucarístico de 1937 celebrado en Manila. En la Luneta, lugar donde se declaró nuestra independencia de los USA en 1946 y en donde los presidentes nuevos juran sus cargos, tuvieron lugares las celebraciones eucarísticas dentro del marco de dicho congreso, las primeras misas multitudinarias de nuestra historia católica. No vino un papa.
Vino un legado papal, el Cardenal Denis Doherty de Philadelphia, que había sido obispo en estas islas. La gente acudió a la Luneta para el evento final, no sólo para la bendición eucarística final sino para escuchar la transimisión desde Roma del discurso de un Pio XI ya enfermo que quería estar presente de algún modo. Este evento fue superado por las visitas y misas de Pablo VI, Juan Pablo II y ahora Francisco. Y éste último con sus 6 ó 7 milliones.
 
La visita de Francisco tuvo algunos momentos significativos o inolvidables: los niños de la calle que se dirigieron a Francisco en el campus de la universidad llevaban maquillaje(estaban demasiado maquillados lo cual demuestra nuestro amor por el simulacro y las apariencias externas), la salida prematura del ciclón Francisco de Tacloban a causa del Tifón Amang por lo que el papa pidió perdón, la fraternidad, a estilo filipino, en la misa final en donde los fieles se repartían las formas consagradas porque los curas no los alcanzaban debido a las barreras, la chica ciega que pronunció la Primera Lectura en la misma misa ayudada por un texto en el sistema de Braille, la misa en Tacloban con el papa llevando un chubasquero amarillo encima de su casulla y para la consagración de la hostia elevó un ciborio para proteger la forma, el beso incontable a los niños, el cariño papalino a los asistentes a los actos todo con espontaneidad, la muerte de la joven voluntaria Kristel Padasa y el recibimiento brindado por el papa al padre de ésta en la Nunciatura de Manila...La lista es interminable.
Muchos tendrán sus recuerdos especiales de este momento signficativo en nuestra historia religiosa y social. Sin duda, en estos momentos es el evento más significativo de nuestro caminar como nación católica en Asia. Como pueblo nos queda muchísimo por recorrer. Distamos mucho de ser una nación madura en el sentido político, social, ético y cultural. Y ciertamente volveremos a caer. Y espero que nos volveremos a levantar con más valentía, con más determinación o como dijera Teresa de Jesús: con determinada determinación.
En mi opinión, hay algo más importante en el sentido religioso que la visita ya terminada de Francisco a estas islas. Me refiero a la vida cotidiana, en medio de atascos, azotados por las tempestades, muertas física o sociológicamente en luchas fratricidas. Por eso, del llamado Efecto Francisco desde el punto de vista sociológico me quedaría desde el prisma teológico y espiritual con la esencia de su mensaje que es nada menos, como ya queda dicho, una lectura actualizada o con claves actuales del mismo mensaje de Jesucristo que llegó por vez primera a nuestra tierra adorada, <> como rezara la letra del Himno Nacional Filipino, en 1521.
De Francisco me quedo con su magisterio, tan brillantemente expuesto estos días de convivencia con él. Solo de esta manera, Francisco, y con él Pablo VI y Juan Pablo II, se queda para siempre con nosotros. Solo de esta manera, Jesucristo permanece entre nosotros, sobre todo en su iglesia que sea su sacramento. Y se queda con nosotros en el sentido físico.
Pero ya sin la presencia física del Vicario de Cristo en nuestra tierra sino con la presencia física y desconcertante del mismo Jesucristo, de quien Francisco es vicario, en los niños de la calle, en los que lloran a sus muertos, en los pobres, en los enfermos, en los trabajadores, en los artistas, científicos, intelectuales, en los buenos políticos (sí los hay), en los buenos pastores y religiosos (sí los hay), en los que no disponen de medios, en los que se sienten solos y desamparados, en los damnificados por tifones y terremotos o incendios y robos.
¿Por qué somos prontos en recibir como a una superestrella de Rock al Vicario de Cristo y tan lentos en acoger al mismo Jesucristo que vive entre nosotros en Tacloban, en las calles sucias y corruptas de Manila, en los centros de acogida, en nuestros vecindarios? Lo que necesitamos es una experiencia parecida a la de los discípulos en Emaús. Que veamos a Cristo que sigue con nosotros entre los más pequeños y marginados dado que Francisco ha querido e intentado descubrir a Cristo en su presencia desconcertante ante nuestros propios ojos en su paso fugaz por nuestros sotos.

jueves, 15 de enero de 2015

Francisco se despide de Sri Lanka y ya vuela hacia Filipinas

La canonización de San José Vaz y la visita sorpresa al templo budista, principales hitos.


El Papa vuela de Colombo a Manila

El vuelo papal a Manila partió con la amenaza de un ciclón por la tormenta "Amang"

Jesús Bastante, 15 de enero de 2015 a las 04:27

(Jesús Bastante).- Francisco ya vuela hacia Filipinas. Otro duro y largo viaje, de más de 4.500 kilómetros, que separan Colombo de Manila. El Papa se despidió, emocionado y portando su propio maletín negro, del pueblo cingalés, que a lo largo de tres días se ha volcado en esta primera parte del viaje, la que en principio se esperaba menos mediática.

Sin embargo, y pese al susto inicial -Bergoglio suspendió un encuentro con los obispos del país nada más llegar al país, debido al cansancio provocado por el calor y el largo viaje-, centenares de miles de personas han acompañado a Francisco en todos sus actos, entre los que han destacado la misa de canonización de san José Vaz, el encuentro interreligioso y la oración mariana en Madhu. Fuera de programa, sin lugar a dudas, la visita al templo budista, una imagen muy poco frecuente.

Antes de partir hacia Manila, el Papa hizo una visita privada a la capilla "Our Lady os Lanka", en Bolawalana, y al Instituto cultural "Benedicto XVI", que colabora en el diálogo interreligioso después de la guerra civil. A su llegada el Papa fue recibido por el padre Mahamalage Quinnus Fernando, Rector del centro.

El Papa anuncia que canonizará a Fray Junípero Serra en septiembre

El papa Francisco ha anunciado hoy que en septiembre de este año, cuando está prevista su visita a Estados Unidos, canonizará al franciscano español y ya beato Junípero Serra Ferrer, fundador de varias misiones en California. El anuncio lo hizo durante la rueda de prensa que dio en el avión en el que volaba hacia Manila, después de su visita de dos días en Sri Lanka. El Santo Padre viajará a Filadelfia en septiembre para participar en la Jornada Mundial de la Familia, aunque aún no hay un programa ni se conoce si visitará otros países.

(Agencias/InfoCatólica) «Si Dios quiere canonizaré a fray Junípero Serra en septiembre en los Estados Unidos», ha asegurado a los medios de comunicación que viajan con el Papa.

Sin necesidad de un segundo milagro

Junípero Serra Ferrer nació el 24 de noviembre de 1713 en Mallorca (España) y falleció el 28 de agosto de 1784 en Monterrey, en el estado de California. El franciscano había sido ya beatificado en 1988 en una ceremonia en Los Ángeles, en la que hubo numerosas protestas por parte de algunos nativos estadounidenses.
La canonización de Junípero Sierra se produce, como dijo el Papa , sin que se haya confirmado un segundo milagro, necesario para poder ser elevado a los altares. Sobre ello, el Santo Padre explicó que ha decidido elevar a los altares a Junípero Serra y a otros beatos por lo que se llama unacanonización equivalente, es decir sin la necesidad de aprobar un milagro y debido a la probada veneración popular.
«He decidido canonizar a aquellos que hicieron una gran labor de evangelización y que recogen el espíritu evangelizador de la 'Evangelii Gaudium' (su exhortación apostólica »La alegría del evangelio), explicó Francisco. Lo mismo ocurrió con Jose Vaz, el misionero que fue canonizado por Francisco ayer en Colombo y que se convirtió en el primer santo cingalés.
Fray Junípero Serra se unió en 1749 al colegio de misioneros franciscanos de San Fernando, en México, y en 1767 fue nombrado superior de las misiones franciscanas de Baja California, México, y dos años después llegó a lo que hoy es territorio estadounidense para continuar su labor de evangelización.

El Papa reconoce lo obvio: la libertad de expresión tiene un límite

No puedes jugar con la religión de los demás. No puedes insultar su fe o reírte de ella… En la libertad de expresión hay límites“.
Son palabras del Papa Francisco a los periodistas en el avión que le llevaba de Sri Lanka a Filipinas. Deja así claro que él tampoco es Charlie. Que no vale todo. Que condenar el atentado contra los responsables de la revista Charlie Hebdo no significa alabar el tipo de libertad de expresión de la publicación. Porque esa libertad se construye en base al ataque y la burla de lo que es considerado como más sagrado por millones de ciudadanos. 
Es de esperar que las declaraciones del Santo Padre produzcan cierto revuelo entre los medios de comunicación que han canonizado civilmente a la revista blasfema francesa, pero lo que ha dicho el Papa lo piensa cualquier católico con un mínimo de respeto por su fe, por Dios y por la Iglesia.
Hemos sabido también que los responsables de la Revue Etudes han dado marcha atrás y han retirado tanto viñetas de Charlie Hebdo ofensivas contra el catolicismo como, lo que era peor, un editorial alabando una libertad de expresión en la que tenía sitio ese material. Lo que ocurre es que no lo han hecho por convencimiento sino por la presión de multitud de católicos que estaban escandalizados con la revista jesuita francesa.
Me imagino que el sentido común llegará a la totalidad de los medios de comunicación católicos o propiedad de la Iglesia. No se puede decir que en todos ellos haya prevalecido el respeto a lo sagrado por encima de un ilimitado derecho a la libertad de expresión. El Papa ha hablado claro. No existe derecho a blasfemar. No existe derecho a mofarse de la fe de la gente.
Luis Fernando Pérez Bustamante

miércoles, 14 de enero de 2015

Cinco años después del terremoto, seminaristas de Haití dejaron de vivir en carpas

Puerto Príncipe (Domingo, 11-01-2015, Gaudium Press) La reconstrucción de Haití tras el devastador terremoto ocurrido el 12 de enero de 2010 ha sido una tarea prolongada y exigente. Durante cinco años, la Iglesia Católica ha sido uno de los más constantes apoyos para la recuperación del país, contribuyendo no sólo en la atención pastoral y humanitaria, sino también en la financiación de proyectos de construcción que permitan prevenir desastres similares. Por su voluntad de ayuda, frecuentemente puede olvidarse que la Iglesia es también víctima de los desastres y su miembros también deben padecer penalidades y asumir sacrificios mientras atienden a quienes comparten sus sufrimientos.
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Los seminaristas aún vivían en tiendas de emergencia, casi cinco años después de terremoto. Foto: Tom Tracy - Florida Catholic
Un notable ejemplo de esta realidad lo han dado los aspirantes al sacerdocio del Seminario Menor de Puerto Príncipe, quienes tras el terremoto tuvieron que vivir en carpas de emergencia donadas desde Estados Unidos. A pesar del carácter claramente temporal de su su acomodación, la estadía de los seminaristas en las carpas se prolongó casi cinco años, hasta que finalmente pasaron a ocupar desde mediados de diciembre pasado el nuevo edificio destinado al Seminario.

Una construcción providencial
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El nuevo edificio cumple muy bien el propósito del seminario, según el Arzobispo de Miami. Foto: Tom Tracy - Florida Catholic
El nuevo edificio no fue inicialmente construido para este fin, ya que se proyectaba inicialmente que fuera un centro médico o una casa de huéspedes cuando se recaudaron los fondos necesarios para su construcción en la parroquias de la Arquidiócesis de Miami. Pero la prolongada situación de los seminaristas motivó el cambio de planes de la Iglesia, que identificó ésta como una necesidad más urgente en el presente.
"El edificio no fue diseñado para ser un Seminario, pero creo que la mano de Dios estuvo en quien haya hecho este diseño, porque se ajusta al propósito de un seminario muy bien", comentó el Arzobispo de Miami, Mons. Thomas G. Wenski, quien visitó el recinto y celebró una Eucaristía en el lugar el pasado 16 de diciembre.
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Los seminaristas cuentan ahora con mejores condiciones para su formación. Foto: Tom Tracy - Florida Catholic
Uno de los seminaristas sobrevivientes del terremoto, Jean Moise Zetrenne. quien cursa tercer año de Teología, relató a Catholic News Service su satisfacción por la adecuación del nuevo edificio. "Nos gusta, porque antes estuvimos en una situación difícil, y creo que ahora podremos estudiar mejor, dormir mejor y llegar a ser sacerdotes para el pueblo de Dios", comentó. "Le agradecemos a todos por esto, y oraremos por ellos".
La edificación cuenta con una estructura sismo resistente y adaptada para sobrevivir huracanes, y se encuentra ubicada en una zona con pocas distracciones. Mons. Wenski indicó que aún hay que esperar el crecimiento de plantas y árboles para proveer espacios de descanso para los seminaristas, así como posiblemente sumar una cancha de baloncesto o algún espacio similar para actividades físicas. "Ciertamente incluso como está hoy es mucho mejor que lo que tenían", concluyó el prelado. "Aunque este es un seminario provisional, puede ser provisional por varios años mientras identificamos los fondos que provean para un seminario permanente que reemplace este".

Con información de Catholic News Service.


2014: el año de mayor represión a cristianos en China en la última generación

Beijing (Miércoles, 07-01-2015, Gaudium Press) Un panorama de luces y sombras para la fe cristiana en China fue descrito por la agencia informativa UCA News como balance de la situación de libertad religiosa en 2014. Las numerosas demoliciones de cruces y símbolos religiosos y otros hechos de represión hacen que este año haya sido el de mayor persecución a los creyentes en la última generación pero el crecimiento de la fe hace creer que el futuro del cristianismo en el país será muy diferente.

Un año de dificultades
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Procesión de fieles católicos en Macau, China. Foto: Olaer / Elmer Anthony
Las noticias reportadas por Gaudium Press a lo largo del año coinciden con el análisis del informativo asiático. La escena de maquinarias y trabajadores ingresando a los terrenos de los lugares de culto para remover las cruces y otras imágenes prominentes en los templos en China fue una de las más recurrentes en materia de libertad religiosa en 2014 (ver noticia anterior). En algunas oportunidades los funcionarios enfrentaron la reacción de las comunidades de creyentes y debieron ingresar por la fuerza o de manera engañosa o sorpresiva bajo la oscuridad de la noche. En algunos casos particulares, como el del Vía Crucis de Longgang, en la provincia de Wenzhou, la batalla en contra de las imágenes llevo a las autoridades a levantar muros en torno a estatuas de gran tamaño que no podían retirar de su lugar (ver noticia anterior).
Las celebraciones de Navidad fueron prohibidas en centros educativos de esa misma provincia (ver noticia anterior) y persiste la reclusión del Obispo titular de Baoding, Mons. James Su Zhimin (ver noticia anterior) y del Obispo de Shanghai, Mons Thadeus Ma Daqin (ver noticia anterior). Todo este panorama fue denunciado por el Cardenal Joseph Zen, Obispo emérito de Hong Kong (ver noticia anterior), cuya diócesis enfrenta el riesgo de una reforma política que retiraría la independencia administrativa de la región y, con ella, la excepcional libertad religiosa que disfruta (ver noticia anterior).
Según UCA News, estas políticas de represión podrían corresponder a la interpretación del "imperio de la ley" promovido por el presidente del país, Xi Jinping, desde su llegada en marzo de 2013. Tras oleadas de despidos de funcionarios, las autoridades han aplicado con rigor normativas desfavorables a los creyentes que ya habían conseguido marcar su influencia en la sociedad, lo que podría significar un intento de satisfacer a la autoridad central de Beijing, sin que existan aún pruebas de que las campañas en contra de cristianos estén vinculadas de manera oficial a la presidencia.

Signos de esperanza
A pesar de estas situaciones, el crecimiento de la fe en China no muestra signos de detenerse (ver noticia anterior), y el futuro de la Iglesia podría cambiar notablemente si la tendencia actual se mantiene estable (ver noticia anterior). A pesar de que se registraron más de 426 demoliciones de cruces en Zhejiang, también se registra una tasa de construcción de unos mil lugares de culto en el país cada año, lo cual permite pensar que a pesar de la campaña existen en el territorio varios cientos de templos más que al inicio del año.

El crecimiento de la fe en China es más pronunciado que en otros países y esto se convierte en un importante signo de esperanza para el análisis de UCA News: "El año anterior puede haber sido un año terrible para la cristiandad en China, probablemente el peor en una generación", concluyó el informativo. "Pero el futuro a largo plazo parece todo lo contrario, lo quiera o no el presidente Xi".

Con información de UCA News.